Nøklevann
Una de las cosas que más me gustan de Oslo, es la facilidad y la cercanía que aparentemente tiene todo. El tiempo que se emplea en ir a un centro comercial es el mismo que el que requiere aparecer en medio de un bosque sin luces ni sonidos de coches.
Nøklevann es uno de mis rincones favoritos de Oslo. Encontrar el lago no es tarea fácil, puesto que hay que saber llegar a través de un bosque con diversas entradas, pero una vez que te has perdido unas cuantas buscándolo, el sacrificio de merodear por entre los caminos, merece la pena para respirar paz de verdad.
Servicios y facilidades
• Cerca del lago hay una pequeña cabaña como cuarto de baño.
• Las hogueras están autorizadas, siendo siempre responsable de la limpieza y el buen apagado de la misma.
• Hay dos pequeños contenedores de basura en la zona: uno metálico para los residuos calientes de las hogueras y otro para desperdicios normales.
• Pesca autorizada con caña.
• Navegable con piragua y kayac.
• Dos merenderos pequeños.
• Bosque sin luces (hecho a considerar si se va por la tarde, puesto que para recordar la ruta al parking tienes que haberla hecho un par de veces de día; lo digo por experiencia).
• Lago no caminable en invierno pese a estar congelado.
• Camping autorizado.
Abetos, ciervos, ardillas y agua pura.
Cuando nos bajamos del coche, es importante tomar la primera entrada perpendicular al parking y no algún otra de los alrededores… Entramos así en un camino de piedrecitas y guijarros donde la luz del sol es apenas visible, dada la frondosidad de los abetos. Si algún rayo consigue colarse entre el follaje, es posible que tengamos la suerte de ver unos cuantos ciervos y ardillas. No se asustan del hombre, por lo que se pueden tomar las fotos sin estrés.
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Si no nos desviamos por ninguno de los caminos adyacentes de la senda que hemos tomado y continuamos andando, a unos tres kilómetros el recorrido se dividirá en dos: el camino de la izquierda, con una ligera pendiente, nos dará una vuelta de cuatro kilómetros más, hasta llegar al lago. Vamos a disfrutarlo desde el lado opuesto y más cercano a la pres. El de la derecha nos llevara, en apenas 700 m, a una zona situada 168 m. por encima del nivel del mar.
El agua es limpia y cristalina, tanto que es la que se encarga de abastecer a la población del Oslo. Es bastante frecuente ver algún bañista cuando la temperatura en verano lo permite. No obstante este recorrido es precioso en invierno, cuando el agua permanece helada, la nieve refleja los rayos del sol y la estampa no puede ser mas navideña, aunque lo visitemos en marzo.
Si eres de los que le gusta encender un fuego a media tarde mientras meriendas y cuentas historias, este es el sitio perfecto, puesto que están autorizadas las hogueras y, cuando cae la noche, la experiencia a la luz del fuego es inigualable.
Acceso
Se puede llegar en metro desde el centro de la ciudad en apenas 20 minutos, utilizando la linea 3 en dirección Mortensrud, parada Bogerud. De la parada a la entrada del bosque hay un kilometro andando.
Si optas por el coche, hay un parking gratuito (algo prácticamente insólito para ser Noruega) en los alrededores del bosque y de estancia ilimitada (interesante dado que las posibilidades de perderse son altas).
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